CAP
15.-
La ponencia de Paul fue
bien recibida, aunque en opinión de Tom resultó un poco corta. Aunque no lo
demostró, sintió una gran satisfacción al ver que ______ y él parecían
incómodos al volver de la comida, como si las cosas no hubieran salido como
esperaban. Aunque le habría gustado preguntarle a ella por los detalles, se contuvo.
La saludó calurosamente y se sentó a su lado durante la presentación de Paul.
Pronto llegó el turno de ______.
El profesor Patel, uno de los organizadores del simposio, la presentó como una
prometedora estrella de Harvard. La sonrisa de Tom se hizo aún más amplia cuando
vio a Christa removerse rabiosa en el asiento.
El público estaba
compuesto por unos cincuenta académicos en distintas fases de su carrera. La profesora
Picton y la profesora Marinelli estaban sentadas en la primera fila, cerca de Tom.
Los tres sonreían para darle ánimos a _______.
Con las manos
temblorosas, ella colocó los papeles sobre el atril. Sobre el estrado, su
menudo cuerpo parecía aún más pequeño. El profesor Patel tuvo que bajar el
micrófono para que le quedara ante la boca y se la oyera. Se la veía muy joven,
pálida y nerviosa. Tom se dio cuenta de que se estaba mordiendo los labios y le
ordenó mentalmente que dejara de hacerlo. Cuando lo hizo, se alegró. Con la
mirada fija en los ojos de él, _______ respiró hondo y empezó a hablar:
—El título de la
conferencia es «El silencio de san Francisco: testigo de un fraude».
»En el canto veintisiete
del Infierno de Dante, Guido da Montefeltro cuenta lo que sucedió tras su muerte:
Luego
cuando morí, vino Francisco,
mas
uno de los negros querubines
le
dijo: «No lo lleves: no me enfades.
»Ha
de venirse con mis condenados,
puesto
que dio un consejo fraudulento,
y
le agarro del pelo desde entonces;
que
a quien no se arrepiente no se absuelve,
ni
se puede querer y arrepentirse,
pues
la contradicción no lo consiente».
¡Oh,
miserable, cómo me aterraba
al
agarrarme diciéndome: «¿Acaso
no
pensabas que lógico yo fuese?».
—Guido vivió en Italia
desde 1220 hasta 1298 aproximadamente. Fue un destacado gibelino y estratega
militar antes de entrar a formar parte de la orden de los franciscanos hacia
1296. Más tarde, el papa Bonifacio VIII lo convenció para que asesorara de
manera fraudulenta a la familia Colonna, con la que había tenido problemas. »Le
pidió a Guido que prometiera amnistía a la familia si ésta abandonaba su
fortaleza. Él así lo hizo, pero sólo después de que el Papa le asegurara que
recibiría la absolución por su mentira. Como resultado de la intervención de
Guido, la familia Colonna abandonó su seguro refugio para caer en manos de
Bonifacio, que los castigó. Más adelante, Guido murió en el monasterio
franciscano de Asís. »El relato de lo que sucedió tras su muerte es épico. Nos
imaginamos a san Francisco
enfrentándose
valerosamente a un demonio para rescatar el alma de su hermano franciscano.
_______ buscó con la vista
los expresivos ojos ambar de Tom. Cuando sus miradas se cruzaron, ella supo que
ambos estaban pensando cómo se habían salvado mutuamente.
—Pero como es habitual en
los escritos de Dante, las apariencias pueden ser engañosas. En la vida real,
Guido tenía un discurso convincente, pero embaucador. Cuando muere, va a parar
al círculo de los fraudulentos. Por esa razón hay que tomarse sus palabras con
escepticismo. Por ejemplo, la afirmación de que san Francisco fue en busca de
su alma. Si llevarse su alma era el propósito de san
Francisco, está claro que
fracasó. »Y en ninguna otra parte de La Divina Comedia vemos que el mal venza
sobre el bien. Si la obra recibe el nombre de "Comedia" es porque la
narración pasa del caos del Infierno al orden del Paraíso. Y se garantiza un
final feliz para las almas en el Paraíso. Si una sola alma fuera castigada injustamente,
la historia entera resultaría perjudicada. Así que lo que está en juego en este
párrafo no es poca cosa. La interpretación que hagamos de este fragmento
variará el sentido de la obra completa.
_______ hizo una pausa y
bebió un poco de agua con mano temblorosa.
—Según Dante, Dios creó
el infierno movido por la justicia. Virgilio lo menciona cuando explica que las
almas de los fallecidos cruzan el río Aquerón para entrar en el Infierno
empujados por la justicia. Dante parece opinar que los que habitan ahí lo hacen
justamente; se merecen ese destino final. Las almas no están en el Infierno por
accidente ni por capricho divino. »Y en ese caso, ¿cómo interpretar las
palabras de Guido?
Katherine asintió, con
los ojos brillantes de orgullo. El movimiento captó la atención de ________. Al
volverse hacia la profesora, las dos mujeres se miraron.
—Teniendo en cuenta que
Dante está convencido de que las almas que están en el Infierno, están allí
porque se lo merecen, retomemos la historia de Guido. El demonio ve a san
Francisco y le grita, diciéndole que el alma de Guido debe estar en el Infierno
y que si se la lleva estará cometiendo un robo. Y si es así, ¿para qué fue san
Francisco a buscar su alma?
_______ hizo una pausa,
para que los asistentes reflexionaran sobre el tema.
—Si repasamos los
estudios que se han hecho sobre la obra de Dante durante los últimos cincuenta
años, encontramos al menos dos interpretaciones de este pasaje. La primera considera
que Guido es sincero y que san Francisco va a buscar su alma. La segunda cree
que Guido miente y que se inventó la aparición del santo. »Yo considero que
ambas opciones son muy extremas. Para aceptar que la primera interpretación
es correcta tendríamos
que asumir que san Francisco era ignorante o injusto. Y ninguna de estas dos cosas
sería razonable. »La segunda interpretación sostiene que san Francisco no
apareció por el Infierno pero, en ese caso, el discurso del demonio no tiene
sentido ya que Guido no puede robar su propia alma. »Eso nos deja ante el
sorprendente anuncio de una aparición de san Francisco, acompañado por
una explicación que
suscita incredulidad. Una explicación ofrecida por Guido y un demonio, ninguno de
los cuales es de fiar. »Creo que para resolver el rompecabezas de la aparición
de san Francisco, debemos rechazar la explicación de Guido y sustituirla por
otra más acorde con la vida y el modo de actuar de san Francisco. Según mi
teoría, éste apareció y el demonio lo vio, pero malinterpretó el motivo de su
presencia.
_______ se agarró al
atril con más fuerza al ver que los asistentes empezaban a murmurar. Tenía la boca
seca como un desierto, pero siguió hablando con la vista clavada en Tom.
—Por mucho que pueda
resultarnos reconfortante pensar que san Francisco bajó del cielo como si fuera
un arcángel para luchar por el alma de Guido, no puede ser cierto.
Los Kaulitz se miraron.
—Guido pretendía
aprovecharse del compromiso de san Francisco con sus hermanos, un compromiso
conocido por todos, pensando que la gente razonable creería que el santo había
ido a buscarlo tras su muerte. Guido quería que Dante propagara sus mentiras
para que los demás creyeran que había sido merecedor de la atención del
fundador de su orden, o que su condena había sido un error. »El demonio, para
persuadir a san Francisco de que no robe el alma de Guido, le cuenta por qué
éste se merece estar en
el Infierno. Guido buscó la absolución para su pecado antes de cometerlo. Creyó
que la absolución lo libraría de las consecuencias de su acto y con ese
convencimiento engañó con consejos fraudulentos a la familia Colonna. »El
demonio señala que la absolución sólo puede llevarse a cabo con el
arrepentimiento sincero del ser humano. No es posible pecar intencionadamente y
arrepentirse a la vez. —_______ sonrió a la audiencia con timidez—. La
absolución no funciona como un seguro contra incendios. (En este punto, algunos
de los asistentes, entre ellos Paul, se echaron a reír.) —Guido se disfraza con
el hábito de los franciscanos y se protege con una absolución preventiva, pero
es un farsante. San Francisco tenía que saberlo. En realidad, la conducta de
Guido fue una vergüenza para los franciscanos. »Aunque san Francisco podría
haber condenado el pecado de Guido, permanece en silencio. Él no puede salvar a
Guido. Sólo puede mirar mientras el demonio lo agarra por el pelo y lo arrastra
al Infierno. »La fealdad de los gritos del demonio y el falso franciscanismo de
Guido contrastan poderosamente con la callada y piadosa presencia de san
Francisco. Su silencio y quietud se oponen a la suposición del demonio de que
ha ido hasta allí para robar. Es también su silencio lo que nos obliga a reformularnos
el relato de Guido. »¿Se habría mostrado tan pasivo san Francisco ante una alma
injustamente condenada? Por supuesto que no. Pero como Guido no se ha
arrepentido de su pecado, lo único que el santo puede ofrecerle es su compasión
silenciosa y, probablemente, sus plegarias.
________ hizo una pausa,
durante la cual buscó a Christa con la mirada.
»San Francisco podría
haber discutido con el demonio. Podría haberlo llamado mentiroso por haberlo
acusado falsamente de querer robar. Podría haberlo acusado de ir difundiendo
rumores sobre él. Pero en vez de luchar para proteger su buen nombre, guarda
silencio para que podamos oír cómo es el demonio.
Al apartar la mirada de
Christa y pasearla sobre los asistentes, ______ vio que varios de ellos asentían
y que Paul sonreía entusiasmado.
»Guido quería que
pensáramos que san Francisco era tan ingenuo que creía que él debía ir al cielo,
o tan arrogante como para pensar que sabía más que Dios. Quería que creyéramos
que el santo se enfrentó a un demonio pero perdió porque no pudo ganarlo en un
combate de lógica. »Pero tanto la vida como los actos de san Francisco
desmienten esas posibilidades. En mi opinión, acude a la tumba de Guido da
Montefeltro para llorar por él y por su vida llena de engaño, no para
rescatarlo. Al hacerlo, demuestra ser una persona compasiva y misericordiosa.
San Francisco no
era un ladrón. No usaba
engaños ni mentiras, ni necesitaba de halagos para hacerse valer. De hecho, la naturaleza
del santo queda perfectamente descrita cuando Guido dice que está presente pero
callado. »Puede resultar sorprendente tal vez que alguien tan acostumbrado a
engañar presente una imagen de virtud tan convincente. Pero si recordamos las
historias que nos han llegado a través de los relatos de los seguidores de san
Francisco, vemos que eso era precisamente lo que Guido hacía siempre: ocultar
sus defectos tras su hábil uso de la retórica. »En conclusión, creo que las dos
interpretaciones canónicas de este pasaje están equivocadas. San Francisco se
apareció en la tumba de Guido, pero no para robar su alma. »Su aparición
muestra el contraste entre el franciscanismo auténtico y el falso
franciscanismo de Guido da Montefeltro. En todo caso, Dante usa a Guido como
contraste para que la piedad de san Francisco destaque aún más. »Gracias.
________ saludó con una
inclinación de cabeza a los asistentes, que estaban aplaudiendo con un nivel de
entusiasmo respetable. Se fijó en que varios académicos intercambiaban
opiniones entre sí antes de encontrarse con las caras de los profesores Picton,
Marinelli y Kaulitz. Tom le guiñó un ojo y ella sonrió aliviada.
—¿Hay alguna pregunta?
—preguntó, recorriendo el público con la vista.
Durante un momento que a ______
se le hizo eterno, nadie dijo nada. Al llegar a Christa, vio que ésta parecía
confusa y creyó que había salido bien parada.
Pero entonces, como a
cámara lenta, la expresión de la joven cambió y se endureció. Mientras se ponía
de pie, el profesor Pacciani la tomó del codo de un modo brusco, tratando de
que volviera a sentarse, pero Christa se soltó.
—Yo tengo una pregunta.
A ________ le dio un
vuelco el corazón y se mordió el labio sin darse cuenta. Como si se tratara de
una coreografía, todos los miembros del público se volvieron a mirar a
Christa. Varios
conferenciantes le susurraron algo a sus vecinos, con los ojos brillantes. El
conflicto de Christa con los Kaulitz había llegado ya a oídos de casi todos los
presentes. La sala empezó a vibrar con una especie de energía nerviosa mientras
todos se preguntaban qué iba a pasar.
—Su trabajo tiene tantas
lagunas que no sé ni por dónde empezar. Pero empecemos por su «investigación»,
por llamarla de alguna manera —dijo Christa, en tono despectivo antes de
continuar —. Casi todos los libros y artículos que tratan sobre este pasaje
aceptan el hecho de que san Francisco fue a buscar a Guido. Algún artículo
reciente apunta la posibilidad de que no se presentara. Pero nadie —Christa
hizo una pausa para dar más énfasis a sus palabras—, nadie cree que san
Francisco se
presentara en la tumba
pero no para buscar el alma de Guido. O éste está mintiendo o dice la verdad. No
puede ser que una parte sea cierta y otra falsa. La verdad no es como la leche
semidesnatada.
Varios asistentes se
echaron a reír y la joven sonrió con suficiencia. Tragando saliva, _________
miró a los asistentes, tratando de leer sus reacciones antes de volverse
hacia Christa.
—Además —siguió diciendo
ésta— ni siquiera menciona el principio del canto veintisiete, en el que Guido
le dice a Dante que está diciendo la verdad porque cree que Dante pasará la eternidad
en el Infierno y, por lo tanto, no podrá contarle a nadie lo que sucedió. Ese
pasaje demuestra que Guido cuenta la verdad sobre la aparición de san
Francisco. »Para acabar, si se hubiera molestado en leer la obra capital del
profesor Hutton sobre la organización del Infierno, sabría que él pensaba que
el discurso del demonio era fiable, porque sus palabras eran históricamente
correctas. Hutton también opinaba que san Francisco se había aparecido en busca
del alma de Guido.
Christa se sentó con una
sonrisa orgullosa, esperando la respuesta de ______. Estaba tan orgullosa de sí
misma que no se dio cuenta de la mirada que la profesora Picton dirigió al
profesor Pacciani. Indicaba claramente que Katherine consideraba al profesor
responsable del comportamiento de su acompañante, y que no estaba nada
satisfecha. Como respuesta, él susurró algo al oído de Christa gesticulando
exageradamente. Durante unos instantes ________ se quedó pestañeando, mientras
el resto de los asistentes la miraban, aguardando su respuesta. Tom se echó
hacia adelante en la silla, como si quisiera levantarse, pero lo repensó al ver
la mirada de advertencia que le dirigía la profesora Picton. Se volvió hacia
Christa y la fulminó con la mirada.n Murmurando una maldición, Paul se cruzó de
brazos. La profesora Picton se limitó a asentir. Su cara era la viva imagen de
la confianza. _______ se retiró el pelo de la cara con mano temblorosa. Los
diamantes de su anillo de compromiso
reflejaron la luz con el
movimiento.
—Ejem, muy bien, en
primer lugar, empecemos por la afirmación de que algunos estudiosos creen que
san Francisco fue a buscar el alma de Guido, basándose en las primeras palabras
que le dirige a Dante.
________ leyó los versos
en italiano, con buena pronunciación y voz musical:
S’I
credesse che mia risposta fosse
a
persona che mai tornasse al mondo,
questa
fiamma staria stanza più scosse;
ma
però che già mai di questo fondo
non
torno vivo alcun, s’I’ odo il vero,
sanza
tema d’infamia ti rispondo.
Enderezó un poco la
espalda.
—En este párrafo, Guido
dice que está dispuesto a contar la verdad porque está convencido de que Dante
es un alma condenada que no podrá repetirle su historia a nadie. Pero la
historia de Guido es interesada. Le echa las culpas a todo el mundo. Culpa al
Papa, al demonio e implícitamente también a san Francisco de su destino. No hay
nada en su historia de lo que deba sentirse avergonzado. La versión que cuenta
es tan favorable a sus intereses que sin duda quería que la gente la fuera
repitiendo.
Lo que no quiere es que
se note. Por eso pronuncia las palabras que acabo de citar.
»Se olvida también de
este otro verso:
Ora
chi se’, ti priego che ne conte;
non
esser duro più ch’altri sia stato,
se
‘l nome tuo nel mondo tegna fronte.
Sintiéndose cada vez m ás
segura, ______ reprimió las ganas de sonreír y miró a Christa con seriedad.
—Dante le advierte a
Guido que piensa contar su historia cuando vuelva al mundo. Y éste se la cuenta
después de esta advertencia. Además, sabemos que el aspecto de Dante es
físicamente distinto del de las almas que habitan el Infierno, así que lo más
probable es que Guido supiera que no estaba muerto.
Christa empezó a hablar,
pero _______ alzó la mano para indicar que no había terminado.
—Hay varias pruebas
documentales que respaldan mi interpretación. Hay un pasaje paralelo en el canto
quinto del Purgatorio, en el que el hijo de Guido cuenta cómo un ángel fue a
buscar su alma a su muerte. Tal vez la responsabilidad de acompañar las almas
hasta el paraíso corresponda a los ángeles
y no a los santos. En ese
caso, la aparición de san Francisco junto a la tumba se debió a otro motivo. »Y
por lo que se refiere al último punto, el trabajo del profesor Hutton, si se
refiere a Fuego y hielo: el deseo y el pecado en el Infierno de Dante, su
referencia a su opinión es errónea. Aunque no tengo aquí un ejemplar de su
libro, en el capítulo diez hay una nota al pie en la que afirma que cree que san
Francisco se apareció, porque cree que las palabras del demonio no van
dirigidas a Guido, sino a otra persona. Pero el profesor Hutton admite que
tiene dudas sobre si san Francisco fue en busca del alma de Guido o por alguna
otra razón. Eso es todo lo que dice sobre el tema.
Christa se levantó como
si quisiera discutir con ella, pero antes de que pudiera decir nada, un anciano
profesor vestido de tweed de arriba abajo se volvió hacia ella y la miró
despectivamente a través de los cristales de sus gafas de concha.
—¿Cree que podemos seguir
adelante? Ha hecho su pregunta y la oradora le ha respondido. De un modo
adecuado, me gustaría añadir.
Christa se quedó
descolocada unos instantes, pero en seguida se recuperó y protestó, exigiendo
su derecho a repreguntar.
Los asistentes volvieron
a murmurar entre ellos, pero _______ se fijó en que sus expresiones habían cambiado.
Ahora miraban a _______ con una especie de admiración muda.
—¿Podemos continuar? Me
gustaría hacer una pregunta —insistió el anciano profesor, fijando la mirada en
el moderador, que dio un paso al frente y se aclaró la garganta.
—Ejem, si queda tiempo,
le daré la palabra más adelante, señorita. Pero creo que ahora es el turno del
profesor Wodehouse.
El anciano del traje de
tweed murmuró unas palabras de agradecimiento y se levantó. Tras quitarse las
gafas, las sacudió en dirección a _______.
—Donald Wodehouse, del
Magdalen College —se presentó.
_______ palideció, ya que
el profesor Wodehouse era un especialista en Dante con una reputación que
rivalizaba con la de Katherine Picton.
—Conozco la nota al pie
del libro del viejo Hut a la que ha hecho referencia. La ha citado correctamente.
Un enfoque totalmente distinto al que plantea Kaulitz en su libro —añadió,
señalando a Tom—, pero veo que no se ha dejado influenciar por él, a pesar de
que comparten apellido.
Los asistentes se echaron
a reír y Tom le guiñó el ojo a su esposa.
—Como ha señalado,
resulta asombroso que san Francisco se presente ante la tumba de un falso franciscano,
pero debemos dar por sentado que es cierta o las palabras del demonio dejan de
tener sentido. Lo que nos deja frente a una situación a medias, como la mujer
sentada a mi espalda comentaba. »Personalmente, no veo el problema. Todas las
palabras que salen de la boca de Guido parecen verdades a medias. La ambigüedad
y la sofisticación retórica forman parte de lo que uno espera al escuchar el
discurso de una persona culpable de dar consejos fraudulentos. Así que estoy de
acuerdo con casi todo lo que ha dicho y, aunque no puedo hablar por él, creo
que el viejo Hut también lo estaría si siguiera entre nosotros.
________ suspiró aliviada
y soltó el atril que había estado agarrando con fuerza. Aunque se estaba preparando
mentalmente para lo que pudiera decir, sus palabras hasta el momento la
motivaron mucho.
El profesor Wodehouse
echó un vistazo a sus notas antes de seguir hablando.
—Ha propuesto una
interpretación tan válida como cualquier otra y, desde luego, mucho mejor que
las teorías que acusan a san Francisco de ignorancia o injusticia. Pero seamos
claros: todo es especulación.
—Estoy de acuerdo
—admitió ella en voz baja pero segura—. Y estoy abierta a sugerencias o a interpretaciones
alternativas.
El hombre se encogió de
hombros.
—¿Quién sabe por qué san
Francisco hizo lo que hizo? Tal vez fue a buscar otra alma a Asís y un oportunista
fraudulento lo distrajo.
Los asistentes se echaron
a reír.
—Sin embargo, tengo una
pregunta. —El profesor volvió a ponerse las gafas y bajó la vista hacia sus
notas—. Me gustaría que ampliara un poco el tema del acuerdo entre Bonifacio y
Guido. Creo que lo toca muy por encima y es un asunto que merece más atención.
Con esas palabras, se
sentó. _______ asintió, buscando frenéticamente una respuesta adecuada.
—Me he centrado en la
aparición de san Francisco, no en el pecado de Guido. Sin embargo, estaré
encantada de ampliar la información sobre ese aspecto.
_______ hizo un resumen
breve pero fluido sobre el encuentro de Guido con el papa Bonifacio VIII y sus
consecuencias, que pareció dejar satisfecho al profesor Wodehouse. Mentalmente,
tomó nota de que a éste le había parecido pobre el tratamiento del tema. Lo
ampliaría cuando revisara el artículo para su publicación.
Tras responder a varias
preguntas más, el moderador le dio las gracias a _______. Unos aplausos que podrían
definirse como entusiastas llenaron la sala. Varios de los profesores asentían
en su dirección. Cuando el moderador invitó a todos a hacer una pausa, ______ vio
sorprendida cómo el profesor Pacciani agarraba a Christa por la muñeca y se la
llevaba de la sala. ______ se acercó a Tom, tratando de leer su reacción en la
mirada.
Él sonrió y unió sus
meñiques sin que nadie se diera cuenta.
—¡Qué lista es mi chica!
—susurró.
CAP
16.-
Durante la pausa para el
café, _______ charló con el profesor Wodehouse y otros asistentes sobre su conferencia.
Todos estaban de acuerdo en que les había gustado mucho y en que había
respondido las preguntas de un modo admirable. De hecho, más de uno expresó su
sorpresa al enterarse de que era estudiante y no profesora.
Mientras su esposa
disfrutaba del triunfo académico, Tom salió fuera a tomarse el café bajo el sol
de Oxford. Dio gracias por el buen tiempo. Luego dio gracias porque la conferencia
de ______ había salido tan bien. Se había notado que estaba nerviosa y, por
supuesto, aún tenía mucho margen de mejora, pero teniendo en cuenta que era una
estudiante de doctorado de primer año, los asistentes se habían quedado
impresionados. En silencio, elevó una nueva oración de gracias. A mitad de la
misma, Paul se le acercó con las manos metidas en los bolsillos. Al principio,
intercambiaron frases de cortesía, pero pronto Tom se dio cuenta de que su antiguo
alumno estaba inquieto.
—¿Algún problema? —preguntó,
con una voz engañosamente suave. Suave como el whisky escocés.
—No. —Paul se sacó las
manos de los bolsillos y se volvió hacia la puerta, pero cuando estaba a punto
de volver a entrar en el edificio, se detuvo en seco.
—Joder —musitó. Enderezando
la espalda, se volvió hacia su antiguo director de tesis—. A la profesora
Picton le gustaría que usted fuera un lector externo de mi tesis.
Tom lo miró con frialdad.
—Sí, algo me comentó.
Paul esperó a que el
profesor siguiera hablando, pero no lo hizo.
—Ejem, ¿y qué le parece
la idea?
Tom se balanceó sobre los
talones.
—Lo consideraré, señor
Norris. El tema que ha elegido es bueno y cuando trabajaba para mí estaba muy
satisfecho con su trabajo. Si le pedí a Katherine que asumiera la dirección de
su tesis fue por razones personales. Si no, aún seguiría dirigiéndola yo.
Paul apartó la vista, incómodo.
—________ ha estado muy
bien —dijo, cambiando de tema.
—Sí, es cierto.
—Se ha sacado de encima a
Christa con facilidad.
La cara de Tom se llenó
de orgullo.
—_______ es una mujer
admirable. Es más fuerte de lo que parece.
—Lo sé. —La mirada de
Paul se endureció.
—Por lo visto, tiene
mucho que decir sobre mi mujer. Y a mi mujer. —El tono de voz de Tom era cada
vez más frío.
—¿Qué está haciendo para
acallar los rumores? En marzo estuve en la Universidad de Los Ángeles y la
gente comentaba que _______ se había tirado a su profesor para graduarse y
entrar en Harvard.
Tom apretó mucho los
dientes.
—Esos rumores son
consecuencia de la lengua ponzoñosa de la señorita Peterson. Me encargaré de
ella, se lo aseguro.
—Sí, no tarde mucho en
hacerlo.
Tom entornó los ojos.
—¿Cómo dice?
Paul cambió el peso de
pie, pero no se amilanó.
—Ayer, cuando llegué, oí
a un par de carcamales hablando sobre ________. Daban por hecho que estaba muy
buena y que por eso la habían invitado.
—Pues creo que su
ponencia acaba de demostrar que esos rumores no tenían razón de ser. Su teoría
estaba bien expuesta y ha sido bien recibida. Y no nos olvidemos de que, aparte
de tirármela (Tom hizo un gesto con la mano, como si la palabra le resultara
ofensiva), me casé con ella.
—Puede que sea su esposa,
pero no se la merece.
Tom se acercó a Paul
amenazadoramente.
—¿Perdón?
Éste enderezó la espalda
lo máximo que pudo, lo que hizo que superara en altura a su antiguo profesor.
—He dicho que no se la
merece.
—¿Y cree que no lo sé?
Frustrado, lanzó la taza
de café, que se hizo añicos sobre la acera. Dando un paso más en dirección al
joven, añadió:
—Cada noche, cuando me
duermo con ella entre los brazos, doy gracias a Dios por habérmela enviado.
Cada mañana, al despertarme, lo primero que hago es dar gracias porque se
casara conmigo. Nunca seré digno de ella, pero pasaré el resto de mi vida
intentándolo. »Fue su amigo cuando lo necesitaba, pero escuche bien lo que le
digo, Paul: no me provoque.
Entre ambos hombres se
hizo un largo silencio. Tom tuvo que hacer un esfuerzo titánico para no perder
el control. El otro fue el primero en apartar la vista.
—Cuando la conocí tenía
que hablarle en susurros para no asustarla.
—Ha cambiado. Ya no es así.
—No, no lo es. —Paul
encorvó la espalda—. Durante la comida me estuvo hablando de Harvard. Le
encanta el programa de estudios.
—Lo sé. —La expresión de Tom
se volvió aún más dura—. Y sé que la desea. Pero que le quede claro: ella no es
para usted.
Paul le devolvió la
mirada.
—Se equivoca.
—¿Me equivoco? —preguntó
el profesor, dando otro paso adelante. Estaban a escasos centímetros de
distancia y su actitud era francamente amenazadora.
—No es sólo deseo. La
amo. Es la mujer de mi vida.
Tom se lo quedó mirando
con incredulidad.
—No puede ser la mujer de
su vida. ¡Es mi esposa!
—Lo sé.
El joven volvió la mirada
hacia la carretera de Woodstock, negando con la cabeza.
—Conocí a una buena chica
católica, bonita y dulce... el tipo de chica que puedes presentarle a tus
padres. El tipo de mujer que llevaba toda la vida buscando. »La traté bien, nos
hicimos amigos, y cuando un idiota se metió en su vida y le rompió el corazón,
yo estuve a su lado. Lloró en mi jodido hombro. Se quedó dormida en mi jodido
sofá.
Tom apretó los dientes
con fuerza.
—Cuando acabó el
semestre, se fue a Harvard, como siempre había soñado. La ayudé con el traslado.
Le encontré un trabajo a tiempo parcial y un apartamento. Pero cuando
finalmente le confesé lo que sentía por ella, cuando por fin le pedí que me
eligiera a mí, no lo hizo. No porque no me quisiera ni porque fuera incapaz de
sentir nada. Me quería, pero seguía enamorada del imbécil que le rompió el
corazón.
Paul se echó a reír sin
ganas.
—Un tipo que no le
conviene nada. Que se tira a todas las mujeres que se ponen en su camino; que
la trata como si fuera un trapo viejo; que bebe demasiado. No me extrañaría que
la hubiera seducido sólo para pasar el rato. »Que yo sepa, el tipo estuvo
saliendo con una profesora aficionada al BDSM, que pegaba a sus
alumnos. ¿Quién sabe qué
le hará a mi chica? Entonces me entero de que él la ha dejado. Y me siento exultante,
porque por fin ella tendrá la oportunidad de estar con alguien que la tratará
como se merece. Alguien que será amable con ella y nunca, nunca, la hará
llorar. »Pero más tarde me entero de que el gilipollas ha vuelto. ¿Y qué hace?
Le pide que se case con él. ¡Y ella acepta!
Paul le dio una patada al
suelo, frustrado.
—Y ése podría ser el
jodido resumen de mi vida. Encuentro a la chica perfecta; pierdo a la chica perfecta
por culpa de un imbécil que le rompe el corazón y que probablemente se lo
seguirá rompiendo una y otra vez, y al final recibo una jodida invitación para
su boda de alto copete en Italia.
A Tom le rechinaron los
dientes antes de decir:
—En primer lugar, ella no
es su chica y nunca lo será. No tengo por qué justificarme ante usted ni ante
nadie, aunque por respeto a mi esposa, que parece apreciarlo, admitiré que me
he comportado como un imbécil. Pero ya no soy ese hombre que ha descrito. No me
he acostado con ninguna otra mujer desde que estoy con ella y no pienso volver
a romperle el corazón.
—Bien. —Paul arrastró los
pies a un lado y a otro—. Pues deje que termine el programa de estudios.
—¿Que la deje? —La voz de
Tom bajó hasta convertirse en un susurro—. ¿Yo tengo que darle permiso?
—Tal vez ella decida
dejar los estudios, o aplazarlos. Anímela a continuar.
Los ojos de Tom echaban chispas.
—Si tiene información que
quiera contarme, señor Norris, le sugiero que la escupa ahora.
—________ se siente
culpable por poner los estudios por delante de otras cosas.
Tom juntó mucho las cejas
al darse cuenta de lo que estaba oyendo.
—¿Se lo ha dicho ella?
—Sí y también me dijo que
no tiene amigos.
—Qué oportuno. ¿Se ofreció
a seguir siéndolo usted?
Paul hizo una mueca.
—No, esto no tiene nada
de oportuno. Joder, ¿no lo entiende? La amo y, a pesar de eso, tengo que escuchar
sus preocupaciones. Y lo que la preocupa es hacerle feliz. A usted, el imbécil
que la abandonó.
—No me gusta que le haya
confiado nuestras intimidades.
—Si tuviera amigos, no
habría tenido que contármelo a mí. De todos modos, ya he decidido que nuestra
amistad no puede continuar.
Tom se echó hacia atrás,
sorprendido.
—¿Ya lo había decidido?
—Sí.
—¿Se lo ha dicho?
—No podía hacerle eso
justo antes de la conferencia. Habría sido cruel.
—¿Cuándo piensa decírselo?
Paul suspiró hondo.
—Ése es el problema. No
me veo capaz de hacerlo cara a cara. Cuando vuelva a Vermont le escribiré. —Miró
a Tom con rencor—. ¿Satisfecho?
—No disfruto viéndola
sufrir, a pesar de lo que usted cree. —Bajó la vista hacia la alianza de platino
que llevaba en la mano izquierda—. La amo.
Los ojos de Paul
siguieron el movimiento de los de Tom hasta el anillo de boda.
—Su amistad es importante
para ella —siguió diciendo el profesor—. Su decisión le dolerá.
—Es hora de pasar página.
—¿Le dirá la verdad?
—No pienso mentir.
Decirle la verdad no será fácil, pero lo haré.
—Eso es muy noble —admitió
Tom con un punto de admiración en la voz—. Tal vez debería intentar hacerle
cambiar de opinión.
—No puede.
Paul y su antiguo
profesor intercambiaron una larga mirada.
—Lo he juzgado mal,
Norris. Lo siento.
—No lo hago por usted. Y,
desde luego, no lo hago para que acepte ocuparse de mi tesis ni para que me
escriba una carta de recomendación. Le diré a Katherine que se lo he propuesto
y que lo ha rechazado.
Y, con una inclinación de
cabeza, se dirigió hacia el edificio.
—¿Señor Norris?
Paul se detuvo y, muy
lentamente, se volvió hacia el profesor.
—Pensaba leer su tesis
igualmente. Su amistad con ________ no tiene nada que ver en esto. Su trabajo
es muy válido. No necesita ayudas externas.
Tom le tendió la mano. Paul
se la quedó mirando unos instantes antes de acercarse de nuevo y estrechársela.
—Gracias.
—De nada.
Ambos hombres
intercambiaron una mirada que recordaba la de dos guerreros tras una batalla en
la que ambos bandos han sufrido graves pérdidas.
Paul fue el primero en
hablar:
—No voy a inmiscuirme en
su matrimonio. Pero si me entero de que le ha vuelto a romper el corazón,
tendremos un problema.
—Si le rompo el corazón a
_______, me lo mereceré.
—Bien —dijo Paul y sonrió—.
Podemos dejar de tocarnos ya.
Tom le soltó la mano como
si quemara.
—Por supuesto.
HELLOOO!!!! AQUI ESTAN LOS DOS CAPS ... MUY BUENOS LOS CAPS ... COMO LA ______ SE ENFRENTO A CHRISTA Y COMO PAUL Y TOM TAMBIEN SE ENFRENTAN ..... ME GUSTARON MUCHISIMO ...... PARA SER SINCERA YO NO EH LEIDO EL LIBRO, LO LEO CON USTEDES .... Y NO ME ADELANTO .... LO PROMETO :)) BUENO SIN MAS QE DECIR ME DESPIDO 4 O MAS Y AGREGO SINO NO .... ADIOS
omg me encanto ... que enfrentameindo el tom y paul woo.. por lo menos dejaron claras algunas cosas
ResponderBorrarchrista me desespera ashh
siguela pronto :)
Ay siii la rayitaa no se dejo para nada y la perra de Cristha queria ridiculixarlaa pero no lo logrooo. !!
ResponderBorrarTom y Paul quemabaaa Dios estuvo bien intensoo..
Siguela :)
Que alegría q (Tn) salio bien, y q se haya defendido de esa gafa de Christa jajaja no se dejo mas bien se defendió jeje, La conversación entre Paul y Tom estuvo bien intensa q lastima q Paul romperá su amistad con (Tn) eso si q le dolerá mucho a ella :( espero los próximos caps me encanto estuvo super bueno jeje!!!
ResponderBorrarno le resulto a christa poner a tn en ridiculo ahahahha
ResponderBorrarwoo que fuerte la conversacion de paul y tom
me encanto :) sube pronto :)