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lunes, 4 de agosto de 2014

.- LA REDENCION DE TOM .- CAPITULO 4

CAP 4.-
A la mañana siguiente, muy temprano, el móvil de _____ sonó.
Se despertó sobresaltada, con el tono de Message in a Bottle de The Police resonando en la habitación. Miró el teléfono, que vibraba sobre el escritorio, pero no respondió.
Poco después, el sonido de una campana le indicó que había recibido un mensaje de texto. Curiosa, se acercó a la mesa y cogió el teléfono. El mensaje era de Dante Alighieri, nada más y nada menos.
Lo siento.
Mientras pensaba cómo responder, llegó un segundo mensaje.
Perdóname.
Empezó a responder con otro mensaje, pero antes de acabar, oyó movimiento en el pasillo. Alguien llamó a la puerta.
Por favor, déjame entrar.
_____ leyó el nuevo mensaje antes de acercarse a la puerta y abrirla unos centímetros.
—Hola —la saludó Tom, con una sonrisa insegura.
Ella vio que tenía el pelo húmedo de la ducha, pero que no se había afeitado. Una atractiva sombra de barba le cubría la cara. Se había puesto vaqueros y camiseta blanca, pero iba descalzo. Era, probablemente, lo más bonito que había visto en su vida.
—¿Hay alguna razón para que estés llamando a la puerta a las seis de la mañana? —preguntó, y la voz le salió más seria de lo que pretendía.
—Lo siento, ______ —dijo, con expresión compungida. (Ciertamente, ayudaba ver que tenía los ojos rojos y la ropa arrugada, como si acabara de sacarla de una bolsa destinada al Ejército de Salvación.)
—Me hiciste daño —susurró _____.
—Lo sé y lo siento. —Dio un paso adelante—. He vuelto a leer la conferencia.
_____ se apoyó una mano en la cadera.
—¿Me despiertas para decirme eso?
—Te he llamado, pero no has respondido. —Se echó a reír—. Me ha recordado a Toronto, cuando tuve que entrar por la ventana.
Ella se ruborizó al recordar a Tom llamando a la ventana de su habitación para llevarle la cena. Acababa de salir de la ducha y tuvo que abrirle tapada sólo con una toalla.
—Te olvidaste de algo. De algo importante.
Tom llevaba una ilustración en la mano. Era La disputa por el alma de Guido da Montefeltro.
—La encontré anoche en el suelo del dormitorio. No sé si se me cayó a mí o a ti, pero fue a uno de los dos.
Sin hacer caso de la ilustración que él le había dejado en el casillero de la Universidad de Toronto, _____ lo miró a la cara, tratando de interpretar su expresión. Parecía nervioso y también algo preocupado.
Tom se pasó las manos por el pelo mojado.
—Sé que me dijiste que querías estar sola un tiempo, pero creo que ya llevamos demasiadas horas separados. ¿Puedo pasar?
Ella se echó hacia atrás. Él entró y cerró la puerta.
______ volvió al sofá y se enroscó, tapándose con la vieja manta.
Tom se dio cuenta de que se había hecho un ovillo, lo que indicaba que volvía a estar a la defensiva. Dejó la ilustración sobre el ordenador antes de meterse las manos en los bolsillos.
—He vuelto a leer tu trabajo y luego he releído el Infierno. —La miró fijamente—. Dije cosas que no debí haber dicho.
—Gracias —contestó ella, relajando un poco los hombros.
—Tengo algunas sugerencias que podrían mejorar el trabajo. — Tom se apoyó en el borde de la mesa—. Sé que para ti es importante hacerlo sola, pero si me necesitas, estaré encantado de ayudarte.
—No me importa que me des consejos, siempre y cuando no me digas lo que debo pensar.
—Nunca te diría lo que tienes que pensar. ¿Cómo iba a hacer eso? —Su expresión se suavizó—. Tus ideas son una de las cosas que más me gustan de ti.
Bajó la vista y se quedó mirando la ilustración.
—Reaccioné mal. Lo siento. Pero es que el tema de la ponencia me toca de un modo muy especial, _____. La historia de san Francisco arriesgándose a entrar en el infierno para salvar el alma de Guido representa lo que yo traté de hacer cuando confesé ante el comité disciplinario en Toronto.
A _____ se le hizo un nudo en la garganta. No quería pensar en lo que había pasado el año anterior.
El comité disciplinario y la separación que siguió después seguían siendo un asunto demasiado doloroso.
—Reconozco que no reaccioné sólo por las tesis que planteas. Pensé que estabas rechazando la historia. Nuestra historia.
—Nunca rechazaría algo tan importante para nosotros. Sé que lo arriesgaste todo para salvarme. Sé que bajaste a los infiernos por mí. —Con expresión decidida, añadió—: Si la situación hubiera sido al revés, yo también habría bajado al infierno a buscarte.
Los labios de Tom se curvaron en una sonrisa.
—Beatriz sabía que no podía acompañar a Dante al infierno, por eso envió a Virgilio en su lugar.
—El único Virgilio que conozco es Paul Norris. Y no creo que hubieras agradecido su visita.
Tom resopló.
—Paul no es un buen candidato a Virgilio.
—Para mí, sí.
Él frunció el cejo. Pensar en Paul consolando a _____ en su ausencia aún le dolía.
—Fui un cabrón entonces y lo sigo siendo. —Se apartó de la mesa y se sacó las manos de los bolsillos. Señaló el sofá con la cabeza—. ¿Puedo?
Ella asintió. Tom se sentó a su lado y alargó la mano. _____ se la cogió.
—No quería hacerte daño.
—Lo sé —dijo ella—. Yo también lo siento.
Él la sentó sobre su regazo y enterró la cara en su pelo.
—No quiero que tengas que encerrarte en el baño para escapar de mí.
Tomándole la cara entre las manos, unió sus labios en un beso. Tras un instante, ella respondió. Tom la besó con prudencia. Sus labios eran cálidos y acogedores, pero se limitaban a mordisquearle la boca y pronto ______ no pudo más. Le rodeó el cuello con una mano para que se acercara.
Él trazó el contorno de sus labios con la lengua. Cuando ella los separó, se coló en su interior suavemente y sus lenguas se unieron. No sabía mentir cuando besaba. Transmitía así sus sentimientos. ______ notó su arrepentimiento y su tristeza, pero también la inconfundible llama de su deseo.
Le soltó la cara, la sujetó por las caderas y la levantó hasta que quedó montada sobre él, con una pierna a cada lado. Sus torsos se pegaron mientras seguían besándose y explorándose con pasión.
—¿Te vuelves a la cama conmigo? —le pidió él con la voz ronca, agarrándole el culo con fuerza para que notara la evidencia de su erección.
—Sí.
—Bien —le susurró al oído—. Aún tenemos tiempo de hacer las paces como Dios manda antes de que los invitados se despierten y quieran desayunar.
—No podemos hacer las paces como Dios manda con la casa llena de invitados.
—Oh, sí. Sí podemos. —Los ojos ambar de Tom se iluminaron con un brillo peligroso—. Te lo demostraré.

—Ha sido una noche horrible. —Tom estaba tumbado en la cama, con un brazo debajo de la cabeza. No se había molestado en cubrirse con nada. En el dormitorio no hacía frío y su querida esposa estaba tumbada a su lado, boca abajo, tan desnuda como él. En momentos como ése, deseaba que pudieran pasar todo el tiempo en la cama, desnudos.
—Estoy de acuerdo. —______ se incorporó apoyándose sobre los codos para mirarlo a los ojos—. ¿Por qué no viniste a hablar conmigo?
—Quería volver a leer el texto. Y pensé que necesitabas estar sola.
—No me gusta discutir contigo —reconoció ella. Al agachar la cabeza, el pelo le rozó el borde de los pechos—. Lo odio.
—A mí tampoco me gusta, lo que no deja de sorprenderme. Antes me encantaba discutir y pelearme con la gente. —Hizo una mueca—. Me estás convirtiendo en un pacifista.
—Creo que nunca podrás ser un auténtico pacifista, Tom. Ser estudiante de doctorado ya es bastante duro. Necesito tu apoyo —admitió ella con voz temblorosa.
—Lo tienes —le aseguró Tom con firmeza.
—No era mi intención llevarte la contraria. Simplemente... me salió así.
—Ven aquí.
______ se tumbó sobre él, que la abrazó.
—Tenemos que encontrar una manera de discutir sin llegar a los extremos de ayer. Mi corazón no lo soportaría.
—El mío tampoco —susurró ella.
—Prometo no ser un cabrón egoísta si tú me prometes no volver a encerrarte en el baño — propuso, mirándola fijamente.
—Y yo prometo no encerrarme en el baño si tú no me atosigas. Sólo trataba de alejarme de ti para que las cosas no llegaran demasiado lejos. No me dejabas en paz.
—Lo comprendo. Podemos separarnos para cortar una discusión, pero tenemos que prometer que luego lo hablaremos con calma. No a la mañana siguiente. No pienso dejar que vuelvas a dormir en el sofá. Ni pienso hacerlo yo.
—De acuerdo. El sofá es muy incómodo. Y solitario.
—No me expresé bien cuando hablamos sobre la conferencia. Te pido disculpas. No me preocupa que tu opinión no coincida con la mía. De hecho, creo que es bueno que te muestres en desacuerdo conmigo en público. Así todo el mundo se dará cuenta de que tienes ideas propias.
—No trato de llevarte la contraria. —Una arruga apareció entre sus delicadas cejas.
Tom trató de hacerla desaparecer con un beso. Sin éxito.
—Claro que no. Y aunque te parezca extraño, a veces me equivoco.
—¿El Profesor, equivocado? Increíble —bromeó ella, echándose a reír.
—Cuesta de creer, ¿verdad? Pero cuando acabé de leer la conferencia por segunda vez, me habías convencido de que la versión oficial está equivocada.
—¿Qué? —Julia no podía creer lo que estaba oyendo.
—Lo que has oído. Tu conferencia me ha hecho cambiar de opinión. Tengo alguna sugerencia para reforzar la última parte. Ésa no me convenció tanto.
—Agradeceré tus sugerencias. Te citaré en las notas al pie.
Tom la agarró por las nalgas.
—Será un honor aparecer en una de tus notas al pie.
______ dudó por un momento.
—Entonces... ¿no crees que la conferencia sea horrible? ¿Ni que vaya a hacer el ridículo?
—No. En cuanto superé la sorpresa inicial y presté atención a tus argumentos, me di cuenta de que la profesora Marinelli tiene razón. Tu trabajo es muy bueno.
—Gracias. —______ le apoyó la mejilla en el pecho—. No es fácil ser tu alumna. Siempre tengo la sensación de no estar a tu altura.
Tom le enredó los dedos en el pelo.
—Me esforzaré más en mostrarte mi apoyo para que no te sientas así. No somos competidores. De hecho, algún día me gustaría escribir un artículo contigo.
Ella levantó la cabeza.
—¿De verdad?
—Me encantaría que creáramos algo juntos, algo que saliera de nuestro amor compartido por Dante. Y estoy orgulloso de ti por tener el valor de defender tus convicciones. Cuando pronuncies esa conferencia en Oxford, estaré en primera fila pensando «¡Ésa es mi chica!».
—Oírte decir eso es un sueño hecho realidad.
—En ese caso, te lo diré más a menudo.


 HELLOO!!! YA SE ARREGLARON!!! Y DE QE FORMA CARAY ^^ JAJAJJA BUENO ESPERO QUE LES GUSTE, ES CORTO PERO NO TENGO MUCHO TIEMPO ... BUENO SIN MAS QUE DECIR ME DESPIDO ... QUE ESTEN BIEN HASTA PRONTO :))) 4 O MAS Y AGREGO MAÑANA .... ADIOS

4 comentarios:

  1. Que bueno q se reconciliaron me alegro mucho :) jajaja si y de q forma Tom es tan erótico y romántico lo amo!!! me encanto espero el proximo cap.. (Tn) quedara embarazada de Tom??

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  2. Se arreglaron como Dios manda!! 1313 hahahahhahaha..

    Ahora Tom cambio de idea. Ojala ya no se peleen..
    Siguelaa :)

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  3. que bueno que se reconciliaron *-*
    pobre de (tn) que durmio en el sofa :O
    me encanto
    sube pronto :)

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  4. Ayyy que bonito, espero Que este cerca ya el embarazo jajajaja tengo ganas de ver un mini tomy corriendo por ahí jajajaja
    Subeeee

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