4 O MAS Y AGREGO SINO NO ... ADIOS :))
CAP
61.-
Tom seguía dentro de
ella. Tenían los cuerpos unidos. _______ le acariciaba la espalda perezosamente
mientras él aguantaba el peso en los brazos para no aplastarla.
—Eres mi familia —dijo
Tom, acariciándole la curva de la mejilla con el pulgar.
______ lo miró a los
ojos. Él siguió hablando en roncos susurros.
—Tanto buscar, tanta
ansiedad, cuando todo lo que necesitaba estaba a mi lado.
—Querido. —Le apoyó la
mano en la mejilla.
—Siento haberme dejado
atrapar por mis paranoias y haberte cerrado las puertas.
—Cariño, tenías que
averiguar más cosas sobre tu familia. Forma parte del proceso de curación.
—Sólo te necesitaba a ti.
Ella lo desarmó con una
sonrisa radiante y lo miró como si le hubiera regalado el mundo en una bandeja
de plata.
—Yo también te necesito,
Tom. He estado muy triste mientras estabas fuera. Aunque Rebecca se ha quedado
a dormir, la casa estaba vacía. Y dormir sola es una mierda.
Tom se echó a reír y el
cuerpo de ________ respondió a sus movimientos.
—Recuérdame esta
conversación la próxima vez que quiera irme de viaje solo.
—Un hombre siempre debe
cumplir con su deber. Pero debe llevarse a su esposa con él. —_______ se apartó
con delicadeza el pelo de la frente.
—Nunca discuto con una
mujer desnuda.
La expresión de ella se
ensombreció. Tom le acarició la mejilla, entornando los ojos.
—¿Estás triste? ¿Es culpa
mía?
—No, me he acordado de
algo que Grace solía decir.
—¿Qué era?
—Que el matrimonio es un
misterio. Que dos personas se van entretejiendo hasta convertirse en una sola.
Cuando estamos separados, siento como si me faltara un trozo. —Se movió bajo el
cuerpo de él—. Me alegro de que tú también lo sientas.
—Ya lo sentía antes de
casarnos, pero es verdad que ahora es distinto. El dolor es más intenso.
—Antes no entendía por
qué decían que el matrimonio es algo que está por encima del amor. Pero aunque
no logro explicarlo, es verdad.
—Yo tampoco puedo
explicarlo. Tal vez por eso Grace lo llamaba un misterio. —Bajó la mirada hacia
sus cuerpos unidos—. Supongo que debería soltarte un rato.
—Me gusta que estemos
así. Son arrumacos poscoitales mientras sigues dentro de mí.
—Sí, supongo que ésa
sería la descripción técnica. Si esperamos un poco más, podremos volver a empezar.
______ apretó los
músculos a su alrededor y su miembro saltó como respuesta.
—Si no recuerdo mal,
Profesor, tu tiempo de recuperación es mínimo.
—Gracias a Dios —murmuró
Tom, empezando a moverse en su interior.
Debe señalarse que, en
general, los Kaulitz dormían mejor juntos que separados. Esa noche no fue la
excepción. (Cuando dejaron de hacer el amor el tiempo suficiente para poder
dormir un rato, claro.)
A la mañana siguiente,
Tom se despertó y vio que ______ seguía dormida, con la cabeza sobre el torso
de él. La observó sin moverse, resistiéndose a la tentación de levantarle la
barbilla para poder besarla. En vez de eso, recorrió con los dedos la piel de
sus hombros y su espalda. Se había quitado un gran peso de encima. No había
conseguido todas las respuestas que quería, pero a cambio había recibido algo
mejor: su hermana y su abuelo. El profesor Spiegel era noble y erudito; famoso
por su perspicacia y su caridad. Era alguien a quien deseaba conocer más en profundidad.
Y un antepasado cuya sangre se sentiría orgulloso de pasarle a sus hijos. La
idea era reconfortante. Kelly había plantado una semilla de duda en su mente.
Tal vez su padre no había sido el monstruo que él recordaba. Los recuerdos de
Tom estaban tan mezclados con sueños que le costaba mucho distinguirlos. Sin
embargo, había cosas que no dejaban lugar a dudas. «¿Qué clase de hombre
abandona a la madre de su hijo y reniega de éste?» Se le hizo un nudo en la garganta
cuando su mente le devolvió como respuesta una imagen de él mismo.
—¿Viste a tu abuela? —le
preguntó ______ medio dormida.
—De lejos. Salió de su
casa y se metió en un coche. La acompañaba un hombre, supongo que algún tío
mío. Bueno, deduje que era mi abuela. Era su dirección.
—¿No les dijiste nada?
—No. —Tom le acarició la
espalda hasta llegar a los hoyuelos que tenía encima del trasero.
Era una de las partes
favoritas de su cuerpo.
(Se planteó plantar una
bandera allí en un acto de colonialismo corporal.)
—¿Por qué no? —______ no
lo entendía.
—No son mi familia.
Mientras estaba allí, me di cuenta de que para ellos era un extraño. No hubo ningún
tipo de conexión. Nada. —Suspiró—. Al menos, cuando conocí a mi hermana,
reconocí sus ojos.
Ella lo miró sin
comprender.
—Tenemos los mismos ojos,
los ojos de mi padre.
—¿No querías hablar con
tu abuela para conocer los antecedentes médicos familiares?
—Carson tuvo acceso al
informe de la autopsia de mi madre. También logró su historial médico usando
métodos de dudosa legalidad.
—¿Y?
—En su familia había
antecedentes de ataques al corazón y tensión arterial alta, pero nada especialmente
preocupante.
_______ se relajó
ostensiblemente.
—Eso son buenas noticias,
¿no?
—Sí —respondió él con
sorprendente indiferencia.
—Y por el lado de tu
padre, ¿qué encontraste?
—Kelly me contó que había
antecedentes de enfermedades coronarias.
—Entonces, ¿ya no quieres
hablar con tu abuela ni con ningún otro pariente?
—Tengo el diario de mi
madre y las anécdotas de Kelly. Es suficiente.
—¿Kelly conoció a tu
madre? —_______ se sentó en la cama.
—Sí, la vio a menudo
cuando trabajaba para mi padre. Y recuerda que sus padres discutieron varias
veces, presumiblemente por mi madre y por mí.
»Me gustaría presentarte
a Kelly. Su esposo y ella me han invitado a cenar esta noche. Y el viernes
hemos de ir a visitar a la tía Sarah, en Queens.
—Me encantaría conocer a
tu hermana, pero tendrás que llevarme de compras. Rebecca hizo la maleta, así
que llevo un maletín lleno de lencería y un solo vestido.
Tom la miró con los ojos
brillantes.
—Está claro que no te
conoce demasiado.
—¿Por qué dices eso?
Él se inclinó hacia
adelante, acariciándole la oreja con los labios.
—Porque duermes desnuda
—susurró.
______ se estremeció y
empezó a juguetear con el escaso vello que cubría el pecho de él.
—¿Has acabado de leer el
diario de tu madre?
—Sí.
—¿Y?
—Lo que cabía esperar.
Con el tiempo se fue dando cuenta de que nunca podría tener una vida con mi
padre. Se fue desanimando cada vez más hasta que al final dejó de escribir.
_______ le apoyó la mano
en el tatuaje, presionándoselo ligeramente.
—¿Te alegras de haber
venido a Nueva York?
—Sí, por Kelly. Ah, y
tengo buenas noticias. El profesor Benjamin Spiegel de Columbia era mi abuelo.
—¿Benjamin Spiegel?
—murmuró _______—. No reconozco el nombre. ¿Era especialista en Dante?
—No, se especializó en
Romanticismo. Leí algún trabajo suyo en la facultad.
—Katherine Picton
desprecia a los autores del Romanticismo. Una vez me acusó de dar una versión
romántica de Dante.
Tom se echó a reír.
—No todo el mundo aprecia
el Romanticismo, pero el profesor Spiegel sí. Sus libros fueron referentes
durante décadas. Publicó sobre todo en alemán, pero también tiene algún
artículo en inglés.
—¿Y era tu abuelo?
—Sí —respondió él con orgullo—.
Kelly me contó que en Columbia era muy respetado y querido por sus obras de
caridad y su importante papel al frente de la comunidad judía.
_______ alzó mucho las
cejas.
—¿Y por qué no sabías
nada de él?
—Mi padre y él no se
entendían, por lo que se cambió de nombre, le dio la espalda al judaísmo y no
volvió a hablar con su familia. Pero Kelly estaba al corriente, por supuesto.
Ha mantenido contacto con nuestros primos.
—¿Conoció a vuestro
abuelo?
—Desgraciadamente, murió
antes de que ella naciera.
—Supongo que ya sabemos
de dónde procede tu afición por la literatura. Y tu interés por el sexo kosher.
Él se echó a reír.
—Mi interés por el sexo kosher
viene
de otras cosas, pero tal vez haya alguna relación. —En un tono más serio,
añadió—: Enterarme de la identidad de mi abuelo ha sido lo mejor del viaje.
La expresión de _______
se ensombreció también.
—¿Y tus hermanas?
—Audrey no quiere saber
nada de mí. Y Kelly es maravillosa, pero su visión de mi padre y la mía son tan
diferentes que es como si habláramos de dos personas distintas. —Tom hizo una
mueca—. Ya no sé qué creer. ¿Era mi padre el hombre maravilloso que ella
recuerda o el monstruo que le pegó a mi madre?
—Tal vez fuera las dos
cosas.
—Imposible.
—Aunque en una ocasión le
pegara a tu madre, es posible que la relación con su esposa e hijas fuera muy
distinta.
—Eso no me sirve de
consuelo.
—Lo siento.
Tom enterró la cara en su
pelo.
—¿Por qué no nos quería?
A ________ se le encogió
el estómago.
—Creo que los quería,
pero también quería a su otra familia. Ése era el problema. Quería tenerlo todo
y no pudo. Fue un fracaso suyo, no tuyo —dijo con énfasis, antes de besarlo—.
Cuéntame más cosas de tu hermana. Hay muchas novedades que todavía no me has
contado.
—Te lo contaré todo, pero
¿podemos dejarlo para luego? Hay algo kosher que me
gustaría hacer antes.
Tom rodó hasta quedar
tumbado de espaldas, tirando de ella para que se pusiera encima.
Después de tomarse el
desayuno que les subieron a la habitación, ______ volvió a la cama, tapándose
con la sábana.
—Quedémonos aquí todo el
día haciendo el amor.
Tom se sentó a sus pies
con los ojos brillantes.
—Ésa es mi _______. Pero
¿no tienes que acabar un trabajo?
—Preferiría acabar
contigo —respondió, invitándolo a acercarse con un dedo.
Tom estaba a punto de
arrancarle la sábana, cuando el iPhone empezó a sonar.
Le echó un vistazo y miró
a _______.
—¿Quién es?
—Tu tío Jack —respondió
él de mala gana.
—¿Por qué te llama a ti?
—Ella se levantó sin soltar la sábana—. ¿Le habrá pasado algo malo a mi padre?
¿O al bebé?
—Espero que no. —Tom
desenchufó el cargador y se llevó el teléfono a la oreja.
—¿Hola?
—Kaulitz, estoy en una
oficina de FedEx en Washington D. C. —Jack, como siempre, directo al grano.
—¿Y?
—Tengo un lápiz de
memoria que contiene vídeos y fotos, algunas de ellas de mi sobrina. Y no son
precisamente para todos los públicos.
Tom se sentó en el borde
de la cama.
—Me dijiste que lo habías
recuperado todo —refunfuñó.
—Eso creía. La chica
debía de tener copias escondidas en algún sitio. Quería enviárselas a Andrew
Sampson de The Washington Post.
—Pues ocúpate de que no
lleguen. Es problema tuyo.
—Lo sé. Sólo llamaba para
discutir la jugada.
Tom miró a _______.
—¿Qué pasa? —preguntó
ella en voz baja.
Él levantó un dedo,
indicándole que esperara.
—¿Qué sugieres?
—La chica está enfadada
con su novio porque la ha dejado para casarse con otra. Quiere ponerlos en un
compromiso, a él y a su padre. Yo digo que la ayudemos. Copiaré en un nuevo
lápiz de memoria todo el material donde salgan ella y su novio y lo enviaré.
—¿No es arriesgado?
—Los perjudica a ellos y
mi sobrina queda al margen.
Tom volvió a mirar a
_____. Tenía las cejas muy juntas y se le estaba empezando a formar una arruga
entre ellas.
—Tu sobrina está aquí.
Deja que lo hable con ella y te vuelvo a llamar.
—No tengo mucho tiempo.
—No voy a tomar esta
decisión en su lugar. —Tom colgó y tiró el teléfono sobre la cama.
Se frotó la cara con las
manos. _______ se acercó a él.
—¿Qué pasa? ¿Por qué te
llama mi tío?
—Al parecer, Natalie
tenía un lápiz de memoria guardado en algún lado, con fotos y vídeos. Ha tratado
de enviarlo a The Washington Post por
FedEx.
—¿Qué? —gritó ________—.
Saldrá en Internet. Saldrá en los periódicos. ¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío!
Enterró la cara entre las
manos y empezó a balancearse adelante y atrás. Él le sujetó un hombro para
tranquilizarla.
—No tan de prisa. Jack ha
interceptado el envío. Quiere saber qué debe hacer con el dispositivo.
_______ dejó caer los
brazos.
—Que lo destruya. Y que
busque todas las copias y las destruya también.
—¿Estás segura? Puede
borrar las fotos en las que sales tú y enviar el resto. Se lo han ganado.
_______ se tapó con la
sábana hasta la barbilla.
—No me interesa la
venganza.
Los ojos de Tom brillaron
de furia.
—¿Por qué demonios no?
—Porque lo he superado.
Ya casi nunca pienso en ellos y quiero seguir así. No quiero ver cómo sus vidas
se desmoronan sabiendo que es culpa mía.
—No sería culpa tuya.
Ellos serían los únicos responsables.
—Yo soy responsable de
mis actos —replicó ella con decisión—. No entiendo por qué Natalie hace esto
ahora.
—Simon va a casarse con
otra.
_______ abrió mucho los
ojos.
—¿Qué?
—Supongo que Natalie
piensa que su prometida lo dejará cuando vea las fotos.
Se había quedado muy
sorprendida.
—Por fin la ha dejado.
Empezaba a pensar que seguiría con ella a escondidas, pero supongo que su padre
le ha dado un ultimátum.
—No me sorprendería. El
año que viene hay elecciones.
— Y ahora tendrán una
boda. —Julia negó con la cabeza—. Nada como un escaparate matrimonial para que
la campaña tome un aire más amable. Ojalá Natalie se olvidara de mí de una vez por
todas.
—De momento estás metida
en esto. —Tom apretó los labios—. Me imagino que Jack querrá volver a registrar
el piso de Natalie. ¿Qué quieres que haga con el lápiz de memoria? —repitió.
—Dile que lo destruya
todo.
Él resopló frustrado,
pasándose las manos por el pelo.
—No se merecen tu
misericordia.
—Su prometida se la
merece, sea quien sea. No quiero humillarla.
—Si está con él es que es
tonta.
_______ hizo una mueca de
dolor.
—Yo también fui tonta una
vez —dijo en voz tan baja que a Tom le costó oírla.
—No eras tonta; te
manipuló. Vamos, ¿de verdad no quieres que sufran un poco?
—No, así no.
Él se puso de pie, con
los brazos en jarras.
—Pues yo sí. Piensa en lo
que él te hizo. Y en lo que te hizo ella. Te hicieron sufrir durante años. Casi
te destrozaron.
—Pero no lo hicieron
—repuso ella con un hilo de voz.
Tom se dirigió a la
ventana y descorrió la cortina. Se quedó contemplando Central Park.
—Le rompí la mandíbula y
ni siquiera eso me hizo sentir satisfecho. —Contempló las desnudas ramas de los
árboles cubiertas de nieve—. Quería matarlo.
—Actuaste en defensa
propia. Si no hubieras venido a rescatarme... —______ se estremeció al recordar
el día en que estuvo a punto de ser violada—. Pero lo que tú me propones no
sería defensa propia.
Él la miró por encima del
hombro.
—No, sería justicia.
—Ya hablamos una vez
sobre cómo la misericordia debía atemperar la justicia. Hablamos del arrepentimiento
y el perdón.
—Esto es distinto.
—Tienes razón. Es
distinto, porque aunque podría exigir justicia, declino hacerlo. Citando una de
mis novelas favoritas: «A Dios respetuosamente devuelvo el billete».
Tom resopló.
—Estás utilizando
Dostoievski para tus fines franciscanos.
Su indignación la hizo
sonreír.
—Sé que estás enfadado
conmigo por no querer castigarlo, pero, cariño, piensa en la madre de Simon.
Siempre ha sido amable conmigo. Esto la mataría.
Tom mantuvo la mirada
clavada en los árboles.
—Tú misma amenazaste con
llevar las fotos a la prensa.
—Francamente, no tenía
intención de permitir que se publicaran. Además, era mi última opción. Sólo lo
habría hecho si Natalie no me hubiera dejado alternativa.
Él apretó el puño y lo
apoyó en el cristal, resistiéndose a la tentación de darle un puñetazo. No era
justo. No era justo que una criatura tan dulce como ________ hubiera sido
desatendida, tanto por su madre como por su padre, dejándola a merced de un
novio cruel y manipulador. No era justo que Suzanne Kaulitz tuviera que
conformarse con las migajas que su amante le arrojaba, mientras inundaba de
amor a su familia. No era justo que Grace y Maia estuvieran muertas mientras
otras personas seguían con vida. No era justo que John y Diane esperaran un
bebé con el corazón dañado. No. El universo no era justo. Y por si eso no fuera
lo bastante lamentable, cuando se presentaba una oportunidad de hacer justicia,
los franciscanos como ______ ponían la otra mejilla y hablaban de
misericordia. «¡Joder!» Cerró
los ojos. Ella había puesto la otra mejilla cuando él la había lastimado. Igual
que Grace. Igual que Maia. Con un hondo suspiro, pensó en Asís y en lo que
había experimentado en su visita a la cripta. Dios había ido a visitarlo, pero
no con justicia. Con misericordia.
—Llama a tu tío.
—Tom, yo...
Él abrió los ojos y
aflojó el puño, pero no se volvió.
—Llámalo y dile lo que
quieres que haga.
_________ se levantó y,
enrollándose la sábana alrededor, se acercó a él. Lo abrazó, pegando el pecho a
su espalda.
—Sé que quieres protegerme.
Quieres hacer justicia y por eso te quiero.
—Ojalá lo hubiera matado
cuando tuve ocasión.
—Lo hiciste —susurró
ella, con la mejilla pegada a su hombro.
Los músculos de Tom se
tensaron.
—¿Qué quieres decir?
—Me amas, eres amable
conmigo y me tratas con respeto. Cuanto más tiempo paso contigo, los recuerdos
de Simon se difuminan hasta parecer una pesadilla remota. Así que, en cierto
modo, lo mataste. Asesinaste su recuerdo. Gracias, Tom.
Éste cerró los ojos
mientras una oleada de amor y de algo más que no supo describir se apoderaba de
él. Tras darle un beso en cada hombro, _______ fue a llamar a su tío.
CAP
62.-
Aquella noche, _____ y
Tom cenaron en el apartamento de Manhattan de Kelly y Jonathan, con sus dos
hijas, Andrea y Meredith. ______ se sintió acogida por la familia de Tom. Al
acabar la velada, estaban charlando como viejos amigos, no como extraños. Kelly le regaló a Tom unos gemelos y una
vieja gorra de los Brooklyn Dodgers que habían pertenecido a su padre. También
varios libros escritos por su abuelo. Él le contó a su hermana que,
efectivamente, la locomotora de la foto era la de su padre, que había grabado
las iniciales J. S. de niño, cuando su nombre aún era Othniel Spiegel. Los
Kaulitz invitaron a los Schultz a visitarlos en Cambridge o en Selinsgrove y
hablaron de hacer un viaje juntos a los Hamptons el verano siguiente. Kelly
hizo que Tom le prometiera que asistiría a la próxima reunión de la Fundación
Benjamin Spiegel. Estaba deseando presentárselo a sus primos.
Cuando volvieron al Ritz,
_______ revisó el correo antes de acostarse. Llevaba puesta la gorra de los
Dodgers, ya que a Tom le iba pequeña. (Hecho que ella se encargó de señalarle,
muerta de risa.)
—Scheisse
—exclamó
_______, observando la pantalla a través de sus gafas de montura de carey.
—Tengo que enseñarte
palabrotas en otros idiomas. He oído decir que el parsi tiene algunos insultos
particularmente coloridos. —Tom le dirigió una sonrisa irónica, mientras se
acercaba a ella con el albornoz del hotel puesto.
—No estoy segura de que
el parsi pueda expresar lo que siento al ver esta foto. —______ le señaló la
pantalla.
Tom fue a buscar sus
gafas y se las puso. Al mirar la foto escaneada reconoció
inmediatamente a Simon
Talbot. Era la clásica foto de compromiso matrimonial, en blanco y negro. Conteniendo
el impulso de maldecir, preguntó:
—¿Quién es ella?
—¿Conoces al senador
Hudson, de Carolina del Norte? Es su hija. Es una estudiante de último año en
Duke.
Intercambiaron una mirada
incrédula.
—Su familia es muy
conservadora. ¿Cómo ha acabado con un tipo así? —se preguntó Tom con desprecio.
—No tengo ni idea, pero
ahora entiendo por qué Natalie está tan disgustada. Simon la ha dejado tirada
por la novia perfecta. Mírala, parece Jacqueline Kennedy.
—¿Quién te ha enviado la
foto?
—Rachel. Salía en el Philadelphia
Inquirer.
________ se volvió hacia
la pantalla, mirando con tristeza a la sonriente pareja.
—Me da pena esa chica. No
sabe dónde se mete.
—A lo mejor sí lo sabe y
no le importa. —Tom le tiró de la visera de la gorra—. Te queda bien, pero no
sabía que fueras seguidora de los Dodgers.
Ella sonrió.
—Brooklyn forma parte de
tu historia, así que lo siento un poco mío.
Al día siguiente, ______
acabó el trabajo que le quedaba pendiente, mientras Tom iba a buscar
información sobre su abuelo en los archivos de la Universidad de Columbia. Por
la tarde fueron con Kelly y Jonathan a visitar a la tía Sarah a una residencia
de Queen’s. Más tarde hicieron algunas compras y luego cenaron en The Russian
Tea Room antes de volver al hotel. En la habitación bañada por la luz de las
velas, ______ se movía sobre Tom mientras le acariciaba el pecho. Él la
agarraba por las caderas, animándola a incrementar el ritmo.
—Di mi nombre —susurró.
_______ contuvo el
aliento cuando él la penetró con más fuerza, elevando las caderas.
—Tom.
—Nada me enciende tanto
como oír tu voz pronunciándolo.
—Tom —repitió ella—. ¡Qué
bonito!
Él tiró de ella hasta
acariciarle los pechos con los labios.
—Me inspiras.
—Estás muy intenso.
—Por supuesto. Estoy con
mi preciosa esposa, disfrutando de sexo fantástico.
—Siento como si
estuviéramos solos en el mundo.
—Bien —murmuró Tom,
contemplándola moverse arriba y abajo, arriba y abajo.
—Me haces sentir hermosa.
Él respondió lamiéndole
el pecho hasta que ella empezó a gruñir.
—Te quiero —dijo
_________.
Mirándola fijamente, Tom
la agarró con fuerza, forzándola a ir más de prisa.
—Yo también te quiero. Me
sentiré muy orgullosa de tener un hijo contigo —logró decir ella, antes de
echar la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.
Su cuerpo se estremeció
cuando una oleada de placer la inundó.
Tom siguió embistiéndola,
sin perderse detalle de su cara mientras alcanzaba el orgasmo. Luego aceleró el
ritmo aún más y con una poderosa última embestida, la siguió.
—Me alegro de que
vinieras a Nueva York. —Tom y _______ esperaban cogidos de la mano a que avanzara
la cola para facturar el equipaje en el vuelo que los devolvería a Boston—.
Siento que no hayamos podido ir a ningún espectáculo, pero al menos hemos hecho
un poco de turismo.
—Tom, te has enfrentado a
las hordas navideñas para llevarme de compras. No tengo ninguna queja.
—Poniéndose de puntillas, le dio un leve beso en los labios—. Nos van a cobrar
por el sobrepeso.
—Que lo intenten. Es
Navidad, maldita sea.
_______ se echó a reír.
—Así es. No sé por qué me
cuesta imaginarte aguantando un espectáculo entero de Broadway.
Él sorbió por la nariz.
—He visto Shakespeare.
—¿El musical?
—Muy graciosa. Y también una
representación de Los Miserables.
—Mirándola fijamente, añadió—: Tu interpretación de la novela me cambió la
vida.
________ bajó la vista
hacia sus nuevas botas de tacón alto Manolo Blahnik que Tom había insistido en
comprarle en Barneys.
—Creo que un montón de
cosas se unieron y conspiraron para cambiar tu vida. Lo que te pasó en Asís no
dependió de mí.
—No. —Tom le levantó la
mano y le acarició los nudillos antes de juguetear con el anillo de boda—. Pero
no habría llegado allí si tú no me hubieras ayudado antes. Y no me habría
llevado la alegría de descubrir a mi abuelo si tú no hubieras aceptado tener un
hijo conmigo. Me has dado tanto...
—Tammy me dijo que la
paternidad tiene un efecto especial sobre los hombres buenos. Me gustaría
comprobar qué efecto tiene sobre ti.
Tom pestañeó con fuerza.
—Gracias, _______. —Le
atrapó la sonrisa con los labios y la besó hasta que alguien se aclaró la garganta
a su espalda.
Avergonzados, avanzaron
en la fila sin soltarse las manos. Acababan de pasar el control de seguridad
cuando sonó el teléfono de _______.
—_____. —La voz ronca de
John resonó en su oído.
—Papá, ¿va todo bien?
El silencio al otro lado
de la línea hizo que la chica se detuviera. Tom se paró a su lado, con mirada
inquisitiva. John se aclaró la garganta.
—Estoy en el Hospital
Infantil, en Filadelfia.
—Oh, no. ¿Diane y el bebé
están bien?
—Diane se despertó en
mitad de la noche. No se encontraba bien, así que vinimos aquí directamente.
—Hizo una pausa—. La tienen conectada a un montón de monitores y parece que
tanto ella como el niño están bien. Está de parto.
—Es pronto —susurró
______.
—Así es —replicó John,
tenso—. Los médicos no sabrán cómo está realmente hasta después de que nazca.
Dicen que hay muchas cosas que no se ven en una ecografía. Es posible que
tengan que operarlo inmediatamente.
—¿Es seguro que tenga que
pasar por el quirófano?
—Sí. La operación está
prevista para tres días después del parto, pero supongo que dependiendo de lo
que encuentren pueden tener que hacer una intervención de emergencia.
—Estamos en el aeropuerto
JFK —le comunicó ella mirando a Tom—. Íbamos de vuelta a Boston. ¿Quieres que
vayamos a Filadelfia?
—Sí —respondió John sin
dudarlo—. Si podéis. El parto puede ser largo, pero me ayudaría mucho teneros
aquí. Los próximos días van a ser muy duros y no sé si podré... —Empezó a
toser.
—Ahora mismo voy, ¿vale?
Cambiaré el billete e iré directamente al hospital. Te llamaré cuando llegue
para que me digas dónde estás.
—Vale —dijo John,
aliviado—. ¿______?
—¿Sí, papá?
—Gracias. Hasta pronto.
—Hasta luego, papá. Dale
un beso a Diane.
______ colgó y miró a su
esposo, que tenía una expresión muy seria.
—Supongo que debería
haberte consultado antes de ofrecerme a ir a Filadelfia —se excusó, mordiéndose
la mejilla por dentro.
—Era una emergencia.
Tenemos que ir.
—¿Tenemos? —Lo miró
esperanzada.
—Ese bebé será mi cuñado.
Y no pienso dejarte ir sola. —Rodeándole la cintura con el brazo, la guió entre
la multitud.
Guaooo (Tn) y Tom no pierden el tiempo jajaja q picarones me encantoo, hay pobre del papa de (Tn) menos mal q la llamo a tiempo y es bueno q le vaya hacer compañía y q lindo Tom q entendió q fue una emergencia.. donde esta Paul?? me muero x saber.. espero los próximos cpa me encanto virgi
ResponderBorrarAmoo la.novelaa!! Es hermpsaa.. Enserio Virgi mil gracias por darte el tiempo de adaptarla..!!
ResponderBorrarMe encanta TODO.. Ojala el bb nazca sanito..
Ay (tn) vengate de Simon y Natalie..
Siguelaa prontooo.. Esta buenisimaa :)
puedes subir mas seguido?? *.*
que bello *-* ahahah me encanta esta fic
ResponderBorrarahi jesu ojla nasca bien el hermano de tn
sube pronto :)
que lindo tom *-* ahhaha menos mal que no la dejara ir sola
ResponderBorrarpodre papa de tn
sube pronto :)
Ay ojala y nada le pase al bebe u.u me encsnta la historia jiji sube pronto
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